Para elaborar un modelo de negocio, lo primero que debes hacer es averiguar cuál es el ADN de tu proyecto: describir las bases sobre las que tu empresa creará, proporcionará y captará valor. Estas cinco preguntas serán clave:
- ¿Qué vas a vender y con qué valor añadido?
Atiende una necesidad del cliente y aporta una respuesta diferenciada respecto a lo que propone la competencia. - ¿A quién se lo vas a vender?
Empieza por el segmento que más interés tenga en comprar tu producto o servicio. - ¿Cómo llegar al cliente?
Comunica tu mensaje de marca (brand messaging) a los potenciales usuarios y consigue que tu forma de distribuir el producto o servicio les convenga. - ¿Cómo organizarte?
Elabora una lista de requisitos para diseñar una propuesta de valor sólida y atractiva (recursos, socios o procesos internos que vas a necesitar, por ejemplo). - ¿Cómo reaccionar ante posibles cambios?
Anticípate y define factores de flexibilidad para adaptarte a lo que vayas a encontrar.
Una vez establecidos estos puntos, ya tendrás una idea sobre si tu negocio es viable o no; cuando lo sepas, llegará el momento de elegir el modelo que quieres aplicar. Aquí, influirán tres factores:
- Ventaja competitiva: implementa un modelo novedoso que aporte ideas únicas y difícilmente imitables. Esto contribuirá de forma decisiva a situarte delante de tus competidores.
- Inversores: intenta llamar su atención para que echen un vistazo a tu modelo de negocio. Deja claras las ventajas para el usuario o cliente, sé realista (con tu idea y con las proyecciones financieras) e incorpora un plan de contingencias. Busca un inversor que no sólo te aporte capital, sino también una orientación en el desarrollo de tu proyecto.
- Plan de crecimiento: es vital para intentar dar pasos firmes y no cometer errores. Se trata de la etapa siguiente o, más bien, de una actualización del modelo de negocio; aquí tendrás que especificar los objetivos de tu empresa y la estrategia que seguirá para crecer en los próximos años. Lee aquí cómo elaborar uno.
Con todo esto en mente, siéntate, respira hondo y… ¡confecciona, ahora sí, tu modelo de negocio!
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