Si la idea funciona, ya se pueden poner en marcha los recursos y estructuras necesarios para su desarrollo. Fácil, ¿no? Quizá no tanto, pues hay que pasar una serie de etapas.
Falla rápido, falla barato
Que sea un proceso iterativo no significa que debamos hacerlo sin más, por mucho que nos guste ponernos manos a la obra. No. Antes de crear tu MVP, deberías saber si tus clientes van a quererlo. Y para eso tienes que hacer un trabajo previo.
Estos son los tres pasos antes de crear y lanzar tu Producto (o servicio) Mínimo Viable:
- Comprender el problema real que necesitas solucionar a tus clientes y documentarte con información sobre el mercado. Por ejemplo, las ferias y eventos del sector son puntos clave, porque te darán una idea de aquellas cosas de las que se queja la gente o de qué les cuesta más en su día a día.
- Definir la solución: averiguar qué tareas hay que hacer para resolver el problema a través de entrevistas que revelen lo que necesitan de verdad los clientes (no lo que ellos dicen que quieren).
- Montar una oferta irresistible donde esos potenciales clientes vean el valor que les va a aportar tu producto o servicio (como decía Steve Jobs, “el cliente no tiene por qué saber lo que quiere”).
Con los datos que empieces a recoger a partir de ese momento ya podrás saber si merece la pena dedicar esfuerzos a crear un Producto Mínimo Viable…. o no. Piensa una cosa:
Si la oferta fantástica que ofreces no capta clientes, ¿crees que a alguien le podrá interesar tu MVP más adelante?
Por eso, muchxs expertos recomiendan el boostrapping a la hora de empezar una startup: hablamos de la técnica para ser sostenible (económicamente hablando) con tus propios recursos y a través de los propios clientes (vs. financiación externa temprana). Aquí, los mejores consejos son:
- No dejar tu trabajo hasta que no sea estrictamente necesario.
- No comprar, sino alquilar.
- No escalar hasta que no tengas una necesidad apremiante de hacerlo.
- Centrarte en cubrir tus gastos de hardware y hosting primero, y esperar para contratar.
En definitiva, la mejor forma de validar una startup cuando empiezas es testear tu precio y confirmar que los clientes realmente están dispuestos a pagar por tu solución.
Sin estas dos bases, directamente relacionadas con el lean startup y el boostrapping, no deberías empezar tu MVP… y sin tu MVP no deberías construir algo que puede que nadie quiera.
Los pasos para crear un MVP
Por suerte, las pruebas te señalarán si es buena idea construir tu MVP o no. Y si los test dicen que sigas adelante… así es como debes crear un Producto Mínimo Viable.
- Define la Propuesta de Valor. Si sabes qué soluciones ofrece tu producto o servicio y qué aportará al público, las pruebas serán eficientes y realistas.
- Elige la audiencia correcta. Debe tener las mismas características que el público objetivo que esperas para tu proyecto.
- Determina el tiempo de prueba. Si es muy corto, los datos que consigas pueden ser insuficientes. Si es muy largo, podría retrasar el lanzamiento de tu producto.
- Testea la respuesta del público. Aquí vas a ver si el mercado aprueba o no tu solución; es el paso más importante del proceso.
- Interpreta la receptividad de los usuarios. Recopila su feedback y evalúa si el producto está listo o no para ser lanzado. Filtra los comentarios interesantes y distingue los que no lo son, pero, como recomendó Steve Blank en esta TalkX, no olvides escuchar a aquellas personas que no vean necesaria tu propuesta o que encuentren fallos, pues te aportarán información muy valiosa sobre las mejoras que debes realizar… o sobre el cambio de rumbo que hayas de tomar.
- Modifica el producto o servicio. Aplica la información al diseño del producto final.
Ahora sí, ¿todo listo? ¡Pregunta, escucha y crea tu MVP!
Fuente: https://rockcontent.com/es/blog/producto-minimo-viable/