20/3/2025
Metodología
9 minutos de lectura
¿Cómo podemos contar el emprendimiento en las universidades? Así se incorpora la perspectiva de género
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- Santander X Explorer
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Santander X Explorer es un programa dirigido a promover el emprendimiento entre las personas universitarias. Pero ¿estamos contando bien qué es el emprendimiento? ¿Transmitimos cosas que llegan?
Cuando hablamos de los retos de atraer talento emprendedor, vimos dos tendencias muy claras:
- La intención emprendedora directa ha bajado en las universidades.
- La brecha de género es patente.
Ante esta situación, está claro que replantearse los mensajes que trasladamos a los estudiantes es muy recomendable y debe hacerse, además, integrando una perspectiva de género. Así, decidimos analizar este tema en el Explorer Hub, la comunidad en la que Coordinadorxs, Expertxs y Conectorxs PRO comparten ideas y buenas prácticas para guiar y motivar a quienes se embarcan en la aventura emprendedora.
La sesión tuvo como protagonista a Eva López Barrio, directora de Innovatia 8.3 en la Universidad de Santiago de Compostela. Este proyecto nació en 2011 con el objetivo de apoyar y dar visibilidad a las emprendedoras de base científica en los entornos académicos: se plantea como un marco en el que puedan participar todas las universidades y centros de investigación, con la idea de transformar el panorama del emprendimiento científico-tecnológico. Y lo hace teniendo en cuenta la perspectiva de género, incorporándola a los procesos de transferencia de conocimiento.
Partiendo de las cuatro funciones que tienen estos centros educativos (docente, investigadora, de divulgación de conocimientos y de transferencia de resultados), Eva quiso detenerse especialmente en esta última, entendiendo esa transmisión como un trasplante: arrancar algo de un lugar y ponerlo, con sus raíces, en otro, con el fin de que crezca allí.
El árbol de la desigualdad
El problema viene, precisamente, de esas raíces. Si consideramos la transferencia de resultados como un bonsái, podemos cuidarlo y quitar las ramas que se “disparan”, que no encajan con el discurso que queremos crear. Estereotipos, cultura androcéntrica, perpetuación de roles… ¿lo tenemos controlado, simplemente, podando? No: debemos dirigir nuestra mirada hacia la base que alimenta las ramas.
“La raíz del árbol nutre cómo se crean las empresas”, comentó Eva. Pero antes de llegar a los proyectos, hay que detenerse en cómo comunicamos un mensaje que anime a las personas a poner en práctica sus ideas. Tenemos que fijarnos en varias dicotomías:
- Las mujeres se gradúan en mayor porcentaje que los hombres, pero en las siguientes etapas (tesis, profesorado, cátedra, rectorado), los ratios se invierten. “Esto, admitámoslo, no es culpa de la maternidad, y menos en una sociedad envejecida como la que existe”, apuntó Eva.
- Aunque hay una mayor proporción de mujeres en las aulas, el emprendimiento universitario ha sido históricamente masculino (estos datos están cambiando, pero muy poco a poco).
- Tradicionalmente, las mujeres tienden a carreras universitarias vinculadas con las humanidades, el cuidado, lo social. Los hombres van a las ingenierías o a disciplinas científicas.
Las herramientas para comunicar el emprendimiento con perspectiva de género
“Aquí tenemos un claro indicador de lo que vamos a encontrar cuando estos estudiantes se pongan a emprender”, matizó la coordinadora de Innovatia 8.3 (efectivamente, la fecha del Día de la Mujer, 8 de marzo). Hay que tener en cuenta estas diferencias a la hora de expresar las cosas, porque “no es que las mujeres no estén interesadas en la tecnología, es que si no logramos que se interesen, si en las universidades se emprende poco, si la mayoría de estos emprendedores son hombres… no lo estamos contando bien”, afirmó Eva. “Quizá el modelo que promulgamos no resuena con la comunidad universitaria. Es un entorno en el que es muy difícil que se den unicornios”, añadió. Sin embargo, se sigue hablando de ellos como si fuera la norma.
¿Cuál es la solución, entonces? ¿Cómo transmitir de manera correcta que el camino hacia el emprendimiento es factible, seguro e igualitario? Aplicando la perspectiva de género en los programas universitarios de creación de empresas, que no es más (ni menos) que tomar en consideración y prestar atención a las disparidades (de condiciones, necesidades, índices de participación, acceso a los recursos, toma de decisiones…) entre mujeres y hombres en cualquier actividad o ámbito. Estas son algunas de las herramientas que propone Innovatia 8.3, programa también participado por el Instituto de las Mujeres.
- Eliminar sesgos. Existen en la fase de generación de conocimiento, en la de transferencia o en la de creación. No podemos contar la historia de esta forma.
- Aplicar una mirada de 360º. Abrir la perspectiva nos llevará a descubrir que hay muchos modelos de emprendimiento; dejaremos de hablar únicamente del triunfador que inicia su empresa en un garaje (un entorno, por cierto, principalmente masculino). Además, esos otros arquetipos llevan a proyectos más viables económicamente.
- Corregir el enfoque androcéntrico de nuestras expresiones.
- Crear referentes femeninos.
- Sustituir el masculino genérico por términos colectivos.
- Equilibrar las figuras femeninas y masculinas en imágenes, iconos y logos.
Hay muchas más fórmulas (guías para emprender en igualdad, formación especializada) y todas se dirigen al mismo sitio: si implementamos la perspectiva de género en la universidad, llegaremos al modelo de empresa que queremos. Abandonaremos discursos que llevan a corporaciones tóxicas y apostaremos por las slow startups (de las que te habló Patricia Araque, Directora Ejecutiva de Santander X Explorer, en esta TalkX), en las que se verá como algo natural introducir la colaboración en el plan de crecimiento, no solo la competencia.
¿Podría esto cristalizar en un nuevo tipo de economía y, por qué no, de sociedad? La aplicación de la perspectiva de género lleva a proyectos como Madrinanet, una red de madrinas y ahijadas, mentoras para emprendedoras, o como Misiones Comerciales en Femenino. “La economía feminista no quiere un trozo de la tarta, quiere cambiar la receta por una más saludable para todos y todas”, apunta Eva. Y cualquier persona tiene su papel en este modelo, ya que podemos elegir un consumo más responsable o, volviendo al ámbito académico, una forma de hacer ciencia más tranquila. “Nos estamos perdiendo la vida, debemos tocar tierra”, asegura Eva. Comunicar el emprendimiento con igualdad es el camino hacia ello.