4/11/2020
Habilidades personales
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Hablemos del liderazgo primal
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¿Liderazgo primal? ¿Liderazgo resonante? ¿De qué estamos hablando? Te lo contamos.
Post escrito por José Morgado.
La frase “¡Póngame un combinado de liderazgo primal y unas gotas de liderazgo resonante!” podría escucharse en cualquier cafetería de universidad en las que se estudie empresariales o marketing. Cuando preparaba la sesión sobre Modelos de liderazgo y los perfiles personales que se complementan, me acordé del libro El líder resonante crea más , editado en inglés con el título The New Leaders. Este título plantea un análisis de cómo un líder puede utilizar las emociones (propias y del resto del equipo) para canalizarlas de forma adecuada y enfocarlas hacia el objetivo común.
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Los autores (Goleman, Boyatzis y Mckee) ponían de manifiesto cómo en el mundo empresarial se ha catalogado a las emociones como “una pared que obstaculiza el funcionamiento normal de las organizaciones, afectando el desempeño y rendimiento de las mismas. Pero que esa actitud ya no puede seguir manteniéndose, resultando cada vez más necesario admitir y reconocer los beneficios de un tipo de liderazgo llamado “primal”. Hoy día estos argumentos están bastante aceptados, aunque menos aplicados de lo que se afirma.
Tal como afirman Goleman, Boyatzis y Mckee, el liderazgo primal es “esa manera esencial y natural del líder de gestionar la relación consigo mismo y con los demás”. El éxito de un líder no depende tanto de lo que hace como del modo en que lo hace: si un líder carece de la capacidad de encauzar adecuadamente las emociones, nada de lo que haga funcionará como es debido.
Por eso, debemos destacar el papel primordial que desempeñan las emociones debido a que:
- Son la clave de la motivación y ser sensible a ellas es una tarea esencial del líder.
- Direccionarlas y usarlas es una parte fundamental del liderazgo efectivo.
- Potenciando los sentimientos positivos en el equipo, creas resonancia.
- Si no tienes en cuenta las emociones, no puedes obtener lo mejor de las personas y conseguir que tu empresa prospere.
- El liderazgo debe empezar por uno mismo, o sea, ser primal.
En el caso de los emprendedores, desarrollar su liderazgo primal es básico, pues son los cimientos sobre los que luego asentará todo lo que quiera crear, innovar o realizar. Y es que los grandes líderes saben manejar las emociones –ya lo dicen Goleman, Boyatzis y Mckee- y su éxito no depende tanto de lo que hacen como de cómo lo hacen. Su forma de comunicar, atendiendo a la dimensión emocional, es lo que distingue a un buen líder.
Por eso, las personas que se “autotrabajan” su liderazgo primal, encontrará mejor el camino para “resonar”, en otros/as: tendrán más herramientas para superar la disonancia y configurar un grupo emocionalmente inteligente, resonante y eficaz. El líder primal promueve acciones importantes de forma original.
Pues eso, como decía al principio: ¡¡Póngame un combinado de liderazgo primal y unas gotas de liderazgo resonante!!