20/6/2021
TalkX
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Jacqueline Novogratz y emprender con imaginación moral
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- Santander X Explorer
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Es difícil escribir y sacar conclusiones sobre una charla motivadora cuando es tan humana, personal e inspiradora como la TalkX de Jacqueline Novogratz en Explorer. Porque todo lo que salga puede sonar a meras frases bonitas.
Ya te la habíamos presentado antes de la charla: autora de los best sellers ‘The Blue Sweater‘ (lectura obligatoria en muchas universidades estadounidenses) y, ahora, de ‘Manifesto for a Moral Revolution: Practices to Build a Better World‘. Fundó Acumen para invertir capital paciente filantrópico en emprendedores que resolvieran los mayores problemas relacionados con la pobreza. Pionera de la inversión de impacto, con Acumen ha beneficiado a cientos de miles de personas desfavorecidas.
El potencial del capital paciente
Los emprendedores a los que apoya Acumen están creando mercados que antes no existían, trabajan para servir a gente que gana 2 dólares al día y que vive en lugares sin electricidad, con acceso limitado a agua y sanidad, y que confían muy poco porque nadie se ha preocupado realmente por ellos durante demasiado tiempo. De ahí la necesidad del capital paciente: es impensable que un emprendedor resuelva el problema de la electricidad donde no ha existido nunca y que pueda retornar beneficios a un inversor en los siguientes 3 – 5 años. Por eso existe este modelo de financiación, que toma la filantropía, invierte en startups y durante 10/15 años les da tiempo a probar cosas, a equivocarse y comenzar de nuevo. Y el capital que vuelve se reinvierte en más soluciones innovadoras para beneficiar a las personas pobres.
Con ese modelo comenzaron en 2001 y por entonces era un campo que no existía, pero la gente empezó a plantearse si sus inversiones no estarían haciendo daño. En estas dos décadas, el cambio de mentalidad ha sido enorme y cada vez es más común invertir en proyectos de impacto social. Este año durante la pandemia han crecido y se han convertido en el mayor inversor de energía off-grid (autónoma, no conectada a una red) para los pobres.
Para intentar resolver los mayores problemas de la humanidad no necesitamos un solo héroe, ya sea persona o institución, sino todo un sistema de personas. Necesitamos un millón de actos heroicos.
Dejar de fijarse en unicornios
Jacqueline tiene claro que poner la vista en las startups unicornios, en los Steve Jobs y los Bill Gates, nos crea estándares imposibles. Afirma que hemos llegado a un punto en el que subimos emprendedores a un escenario para lanzar un pitch antes de que hayan construido algo importante y, a menudo, esto acaba con el foco: hacemos que los demás se sientan mal y no le sirve a nadie.
Uno de los principales retos para quien emprende y busca inversión es que la mayoría de los fondos esperan que la startup ya tenga cierto volumen de facturación para poder invertir en ella. En cambio, para Jacqueline lo que necesitan tener los emprendedores, sobre todo, es lo que ella llama “imaginación moral”: ver el problema que quieren resolver y tener la humildad de reconocer que si no fuera difícil, ya se habría resuelto. Que se acerquen, se sumerjan, escuchen y traten a las personas marginadas y vulnerables como seres humanos, como clientes, aunque eso signifique que -posiblemente- tengan que poner un precio por debajo de mercado para que esas personas se lo puedan permitir.
Como ejemplo, habla de Sam Goldman y Ned Tozun , dos emprendedores con los que han estado trabajando durante 14 años y que tenían como objetivo ayudar a erradicar el uso de keroseno en un mundo en el que 1.500 millones de personas lo usaban. Cuando empezaron, no sabían cuánto pagaría la gente por una lámpara solar portátil que nunca había visto. Además, quienes estaban al frente de la industria no querían que otros se llevaran su negocio. Había que luchar para cambiar el status quo. Sam y Ned tenían su plan, pero, según Jacqueline, no invirtieron en ellos por su plan, sino que apostaron por su humildad, su audacia y su disposición a recibir feedback. Por eso los consideraron como socios: les han visto fallar y volver a levantarse, y hoy en día pueden decir que han llevado la electricidad y la luz a 100 millones de personas.
Cambiar la mentalidad de experto por la de curiosidad
Jacqueline cuenta que creció como parte de una generación de “expertos”. Cuando se decía “traigamos al experto”, tenía una imagen maravillosa de lo que eran los expertos, pero luego, cuando llegaban, los encontraba totalmente desconectados de las realidades del día a día de las personas. Por eso, cuando fundó Acumen, tenía muy claro que nunca, jamás, serían ellos expertos y que mantendrían siempre una mirada y una curiosidad de niño, de buscador. Por eso no concibe la idea de saberlo todo antes de empezar. Porque simplemente no se puede. Es ilógico e imposible.
También cree que no hace falta conocer tu propósito antes de empezar: su consejo es “empieza y a ver qué pasa, deja que el trabajo te enseñe y por el camino pon atención con todos tus sentidos. No hagas las preguntas para las respuestas que quieres escuchar. Escucha de verdad“.
Si comenzamos a redefinir el éxito sin basarlo en el dinero, el poder y la fama, y en cambio nos centramos en poner humanidad compartida y sostenibilidad en el centro de nuestros sistemas, todo cambiaría de verdad. – Jacqueline Novogratz.
Dejó su carrera en banca para irse a África con esa imaginación moral de la que habla, porque “la imaginación moral te exige ir más allá, preguntarte quiénes son el resto de personas y comenzar a caminar desde un lugar en el que veas a todos ni por encima ni por debajo de ti, sino como parte de ti“.